14/10/07

La importancia de la tilde en El País

En nuestra entrada sobre la aparición de la tilde en la cabecera de El País, comentaba lola mola: "¿¿Pero de verdad es tan importante una tilde, aunque sea sobre El País??". Hombre, no es que sea algo de vida o muerte, pero durante muchos años fue un tema muy recurrente en las conversaciones sobre el diseño del periódico de Prisa, sobre todo por el purismo en el lenguaje que imponía el Libro de Estilo.

Cuentan en Fundeu que "la cabecera fue desarrollada por Reinhard Gäde y Julio Alonso. La acentuación o no del título fue ya entonces objeto de un gran debate. Juan Luis Cebrián, primer director del periódico, explicaba en mayo de 1977, en el primer aniversario del diario, cómo algunos académicos habían insistido en la necesidad de acentuar la i pese a que el título iba en mayúscula. Sostenían que era necesario deshacer el diptongo. Los responsables de El País opinaban, sin embargo, que la cabecera tiene un significado icónico no literal y que nadie se para a pensar en el contenido de lo que define, pues todo el mundo identifica la cabecera con un periódico preciso. Se interpretaba así que la cabecera era ante todo un dibujo o un grafismo y que por ello no tenía necesariamente que estar en sintonía con las normas ortográficas".

En el especial que El País publicó para celebrar su número 10.000 se escribía: "Para la cabecera se eligió la letra Clarendon Medium. 'Una cabecera sobria, de buen gusto, un poco arcaizante, que de algún modo remite al viejo liberalismo, al viejo progresismo, a los viejos ideales porveniristas', a decir de Umbral. Es curioso que en el dibujo que ilustraba un reportaje ya citado de Cambio 16 el 4 de febrero de 1974, aparecía ya muy semejante, aunque con las letras más estilizadas. El tema de si el nombre debería llevar acento en la i de PAÍS, como mandan las normas ortográficas, fue objeto de discusiones, entre los puristas —en cuyo número se contaban muchos de los miembros del Consejo de Administración, con su presidente al frente— y los que atendían más a la imagen visual y justificaban su exclusión en el hecho de que la cabecera es más un logotipo que una palabra. Casi diez años después la polémica continuaba, según recogía el Ombudsman en su sección de 15 de diciembre de 1985. Como solución intermedia, se acordó que en lo sucesivo, excepto en la cabecera, el nombre del periódico, siempre en mayúsculas, se acentuaría".

En el libro "30 años de diseño periodístico en España" de Laura González y Pedro Pérez, se recoge una conferencia del año 2001 de Fermín Vilchez (miembro de la primera redacción de El País) en la que afirma: "El debate principal se refirió al uso de las letras mayúsculas o minúsculas en la composición del título. Sobre todo en la ausencia del acento en la 'I'. La idea de utilizar letras en caja baja quedó desechada a consecuencia del efecto gráfico que producían. (...) Pero la aprobación definitiva del logotipo, con la 'A' unida a la 'I' como característica gráfica destacada, planteó el asunto del acento ortográfico. (...) Se decidió pues que la cabecera era un simple dibujo o grafismo, que no tenía que seguir las normas ortográficas de nuestra lengua y apareció la 'I' sin acento. En nuestra modesta opinión pienso que fue una decisión errónea porque el problema se podía haber solucionado gráficamente perfectamente y porque yo pienso que un diario que ha defendido con tanto rigor nuestra gramática en sus textos no debería tener una falta de ortografía en el título que le da nombre".

Lo dicho, no es de vida o muerte, pero es un debate nacido en 1976 que se concluye en 2007.

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