Historia gráfica de ABC (II): el huecograbado
Abc siempre fue un modelo a contracorriente en el panorama del diseño de la prensa española, europea y mundial. Nace con un formato pequeño (24x36 centímetros), portada póster y estructura vertical en páginas interiores cuando en el mundo triunfaba el tamaño sábana y la maqueta horizontal. Y se mantuvo fiel al espíritu de su fundador, Torcuato Luca de Tena, quien siempre apostó por mantener el diario en un nivel tecnológico de primera línea.
En este orden de cosas, ABC fue, desde muy pronto en su historia, pionero en adaptar los avances tecnológicos a la imagen, la composición e impresión del diario. En los años veinte, sin ir más lejos, adquirió su primera rotativa en huecograbado, a la que no pudo sacar todo el partido deseado debido a la falta de materias primas que existía en el panorama internacional como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Pero a partir del 12.12.1920 empezó a publicar una edición dominical en hueco.
No sería hasta el 19.09.1926 que se atreviera con la edición diaria en huecograbado. Y en 11.10.1929 apareciera su segunda edición en Sevilla. Antes de la Guerra Civil Española ABC ya tenía 4 rotativas de hueco para impresión a una tinta, y dos para dominicales que, a partir de 1936, imprimirían tricromía para la edición de los domingos. También mantenía 3 rotativas más para las páginas editadas en tipografía.
ABC, sin embargo, no es el primer diario español en utilizar el huecograbado en España. Es el segundo, ya que el primero había sido El Día Gráfico, de Barcelona. Después lo incorporarían los diarios La Vanguardia y Ahora.
Este sistema de impresión, desarrollado por el alemán Karen Klic a finales del siglo XIX, se introdujo en la prensa diaria en la segunda década del siglo XX. Uno de los primeros diarios que lo implantó en el mundo fue The New York Times, en 1914, para su edición dominical.
El huecograbado, basado en la impresión calcográfica, esto es , en bajorrelieve –justo al contrario que la tipografía– era entonces un sistema lento que necesitaba mucho mayor tiempo de preparación de los moldes impresores (cilindros de cobre) lo que llevaba a hacer cierres con antelación, lo que lo dejaban fuera de la actualidad. Sin embargo, la calidad de reproducción de las fotografías era, de lejos, superior. Por esta razón, todos los diarios que manejaban los dos sistemas, y ABC por supuesto también, pusieron de moda la doble portada en sus páginas. Imprimían con anterioridad un cuadernillo en huecograbado lleno de fotos de gran calidad que después arroparía las páginas en tipografía donde se imprimía la portada más actual con las últimas informaciones llegadas a la redacción.
Esto supuso que, durante muchos años en la prensa española, existieran diarios con dos portadas en sus ediciones. Una, en tipografía con la más reciente actualidad; otra, más elaborada y con excelentes reproducciones fotográficas, que envolvía a la anterior como reclamo para los lectores.
Paris Soir también participaba de este planteamiento en Francia en 1932. En España, como hemos dicho, lo serían La Vanguardia, Ahora y El Debate. Y, por supuesto, ABC, que se vería también muy influenciado en su forma externa por el auge de las revistas que entonces empiezan a aparecer y a marcar tendencias en el diseño de los medios impresos. De hecho, su reducido tamaño le asemejaba a ellas.
Este momento coincide también, a nivel mundial, con la descentralización de la imagen de los diarios que, hasta entonces, se había visto cortada por un patrón idéntico. ABC tiene gran culpa de ello. Las tendencias y las modas afectarán a unos países antes que a otros, pero se generalizará la creatividad y la experimentación, de igual manera que se hacía en el campo tecnológico. El collage, los fotomontajes y la utilización de nuevas tipografías que empiezan a manejar corrientes surrealistas, constructivistas, dadaístas, etc., tendrán, tarde o temprano, su reflejo en una prensa anquilosada que se pone al día a marchas forzadas.
Pedro Pérez Cuadrado
No hay comentarios:
Publicar un comentario