The Guardian está cambiando y esos cambios se han empezado a manifestar esta semana con la sustitución de su cabecera en azul invertido por la que pueden ver arriba. Realmente, la nueva versión ya era utilizada por ‘The Guardian weekly’, aunque en mayor tamaño.
El avance de estos cambios ya los hizo Dan Sabbagh (The Guardian's head of media and technology) a mediados de diciembre.
En su artículo, anunciaba que los deportes dejaban de ser cuadernillo y volvían a formar parte del grueso del diario, a su sitio “tradicional” al final del mismo, excepto lunes y sábados (el domingo no salen, sacan ‘The Observer’). G2 se mantenía, pero el suplemento de los viernes de cine y música desaparecía, completando un ciclo de integración de contenidos y páginas que empezó en otoño con la absorción de Media, Education and Society por el grueso del diario.
A esto se iba a añadir la reducción de páginas en opinión (de 5 a 4), obituarios (de dos a una) –aunque se aumentarían las necrológicas los fines de semana-. Todo ello unido a una importante reorganización editorial para ahorrar 1 millón de libras al año.
Por último, Sabbagh anunciaba que los cambios para la edición del sábado y ‘The Observer’ se harían el próximo año.
Y a esto llegamos al lunes pasado cuando Alan Rusbridger (The Guardian’s editor-in-chief) nos anunciaba “Una evolución, no una revolución”.
Básicamente, Rusbridger repite lo ya anunciado por Sabbagh, pero deja un regustillo como de ‘esto del papel se está acabando y hay que prepararse para ello’: “We cherish the Guardian in print…” “We understand we love print, too. But the blunt truth is that the current economic model for serious printed newspapers is in trouble…” Nos habla de la archisabida crisis y de que su periódico no tiene el soporte de un gran grupo empresarial (“…so unlike many newspapers, there is no billionaire backer or global corporation in the background.”), de ahí la necesidad de ahorrar y de hacer cambios en la manera de producir, editar y presentar las noticias a los lectores: “Increasingly, readers tell us that what they want from the printed newspaper is changing as they seek out, or absorb, breaking news form the web, mobile, TV and radio. Half or our readers now read the paper in the evening by which time, they say, they want more pieces that help explain events and contextualise them.”
En fin, que la cosa está muy mal y que el papel está peor. Hay que reducir costes, hay que volcarse en el negocio digital, pero sin un modelo claro (“Every newspaper faces the imperative of developing digital forms for which, similarly, no general newspaper publisher has yet found a proven business model.”).
PD: Gracias a la imagen que del artículo de Rusbridger pone Diego Areso en su blog hemos podido leerlo, en la web no aparece.
2 comentarios:
Si todo cambio que se hace es para mejorar lo presente, estupendo. Pero por lo que estoy acostumbrado a ver no es asi. Quizas espero mas de lo que dan?
la chica/chico de la portada ya no podían darle más photoshop, no? parece un androide híbrido
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