Un verano de periódicos

Como todos, en verano aprovechamos para comprar más periódicos de los habituales. Reconozcamos que durante el año hemos reducido la compra de prensa casi a lo mínimo, bien por la falta de tiempo, bien porque somos de los que Internet nos ha conquistado también. Y la verdad es que comprar periódicos en verano te invita a no seguir comprándolos durante el resto del año.

Por regla general, los periódicos vienen que dan pena. Se nota la sobreabundancia de becarios. Salta a la vista el reportaje enlatado de turno. Abruma la falta de imaginación. Y a todo esto nos seguimos devanando los sesos por descubrir la panacea que salve nuestra páginas impresas. Puede resultar absurdo, simple incluso infantil, pero la salvación es la calidad. Y esto es lo que falta a espuertas. Ni siquiera dando dos periódicos por uno se recuperan algunas cabeceras. En Sevilla, Cádiz y Huelva, por ejemplo, se está vendiendo El Mundo junto con Estadio Deportivo y nos consta que ha sido un exitazo, sobre todo en bares. La circulación de ambos ha aumentado. La gran pena es que ese aumento no se esté rentabilizando publicitariamente -la santa crisis-. La cuestión es hasta cuándo se puede mantener esa sinergia.

En Cádiz también se vende ABC junto con La Voz de Cádiz, pero en este caso parece que los datos no son tan halagüeños. En esta sinergia, es ABC el que espera conquistar mercado en la provincia, pero es difícil haciendo un periódico en el que, como ejemplo, no se recoge la crónica del partido que el Cádiz CF ha jugado la noche anterior. El lector busca calidad, y ofrecerle al lector lo que quiere es darle calidad, sobre todo de información local. La información nacional e internacional la encuentra a cualquier hora del día en internet o en televisión (recordamos a los no enterados que, con la TDT, hay dos canales de información continua: 24horas y CNN+). Para ser sinceros, durante todo el mes de agosto únicamente hemos leído un par de reportajes que ya ni recuerdo, alguna noticia puntual... Pero sobre todo en los periódicos hemos visto política y políticos, mucha, muchísima política.

De los deportivos, mejor no hablar. Estos tienen su nicho y ahí están, publicando noticias con poco fundamento e incluso falsas.
Pero, sin duda, lo más risible es intentar vender humo en forma de integración de redacciones, rediseños, versiones digitales o bla, bla.

Si miramos con detenimiento la tendencia de la prensa en España, la intención de los que mandan en esto es encontrar un nicho de ventas que les permita vivir más cómodos, con menos tensiones cardiacas. Lo triste es que la búsqueda de ese mercado se hace desde un punto de vista ideológico. ¿Para qué preocuparnos de hacer una información atractiva y de calidad para cualquier lector? Busquemos mejor un nicho ideológico, vendamos a la gente lo que quiere oír, independientemente de la calidad: si somos pro, vendamos todo desde un punto de vista pro y eliminemos lo contra; si somos contra, vendamos todo desde lo contra y obviemos lo pro. A los que no les interese lo que vendemos, que no nos compren. Mala política empresarial, porque a veces se ganan lectores con aquello que no es ideología, dando un buen contenido.

Todo esto no deja de sonar a rabieta pseudoinfantil de ver cómo este invento del papel impreso se nos va de las manos. Ea, pues ya nos hemos quedado a gusto.